Inmunología

El término de bajas defensas se utiliza en general cuando los pacientes presentan cuadros de infecciones, por diferentes patógenos y en diferentes órganos, en una frecuencia o intensidad mayor a lo que se supone es normal para la población normal. En niños se considera normal hasta 8 episodios de infecciones por año. En un adulto es considerado normal hasta 4 episodios de infecciones en el año. En Medicina este cuadro de infecciones crónicas o recurrentes se denomina síndromes de inmundeficiencia.

Las causas son varias, y se agrupan en desórdenes hereditarios o adquiridos. Los más comunes con los cuadros adquiridos y en general producidos por deficiencia en la alimentación o descanso, o en situaciones de stress. También en las adquiridas se encuentran ciertos organismos patógenos que al interaccionar con órganos o células de la inmunidad provocan deficiencias (ejemplo el virus de HIV que produce el SIDA). Por último hay causas genéticas o hereditarias que provocan la falta de función en los sistemas de defensas, estas causas son las menos comunes, pero las más graves.

Una enfermedad autoinmune es provocada por la inflamación de un órgano o la eliminación de alguna proteína normal del hombre. En general los mecanismos son mediados por elementos (anticuerpos, células) del sistema inmune que reconocen a proteínas propias y normales como extrañas, y al atacarlas provocan por consiguiente su eliminación o inflamación del órgano al cual pertenecen. Los síntomas de las enfermedades autoinmunes tienen relación al órgano o función de la proteína que atacan. (por ejemplo la Diabetes es provocada por la inflamación de los islotes del Langerham en el páncreas por autoanticuerpos, y el resultado de una menor producción de insulina).

El diagnóstico principal es clínico, los síntomas o signos que padece la persona son las que hacen sospechar que está sufriendo una enfermedad de esta índole. Los análisis de laboratorio, como por ejemplo buscar marcadores serológicos (autoanticuerpos) sirven para confirmar el diagnóstico final.

Actualmente las enfermedades autoinmunes tienen tratamiento paliativos, o sea sirven para disminuir los síntomas de la enfermedad, lo que ofrece a la persona una mejor calidad de vida. En algunas enfermedades autoinmunes, como por ejemplo la psoriasis, la artritis y la enfermedad sensorial autoinmune, se utiliza tratamiento desensibilizantes inmunológicos que intentan crear una tolerancia en el paciente y disminuir o curar la enfermedad. EL futuro de estas enfermedades autoinmunes quizás esté en los tratamientos genéticos.

Estas enfermedades con mecanismos inmunológicos, en general dependen de una persona que este predispuesta genéticamente a padecerla, pero en muchos casos la aparición de los síntomas, ocurre por desencadenantes que pueden ser infecciones por diversos gérmenes, infestaciones por parásitos, o otras causas como cambios hormonales. En los casos de ser desencadenados por agentes infecciosos, si las personas contagiadas por los mismos, no tienen un perfil inmunogenético predispuesto, de ninguna manera van a desarrollar enfermedades autoinmunes.

Las enfermedades por inmunodeficiencia de origen genético o hereditario son de presentación temprana en la vida, pero las adquiridas en general pueden aparecer en cualquier edad. Las enfermedades autoinmunes, tienden a aparecer en general en la edad media o adulta. Salvo algunas excepciones como la diabetes tipo I.

Las manifestaciones de piel más comunes de las enfermedades autoinmunes o por inmunodeficiencia se deben en general a procesos de inflamación de los vasos (vasculitis) o por inflamación de la piel, provocados por la infiltración de células inmunológicas en la dermis. La expresión clínica de estos cuadros es el eczema o la urticaria.

Los gérmenes que infectan al cuerpo humano crean todos una respuesta desde el sistema inmune del huésped, pero en especial algunos que infectan las células del sistema inmune tienen una acción de estimular o reprimir ciertas respuestas de la inmunidad, pudiendo en algunas personas ocasionar un estado de hipersensibilidad, inmunodeficiencia o autoinmunidad.