Estudios Respiratorios Funcionales

Referencias

Las pruebas funcionales respiratorias en las decisiones clínicas. Luis Puente Maestúa, Julia García de Pedroa. Pruebas de Función Respiratoria y Broncoscopia, Hospital General Gregorio Marañón, Universidad Complutense de Madrid, Madrid, España. Arch Bronconeumol. 2012; 48:161-9. - Vol. 48 Núm.05 DOI: 10.1016/j.arbres.2011.12.012.

Espirometría:

El estudio de la función pulmonar es clave en la evaluación diagnóstica y el seguimiento de los pacientes con enfermedades respiratorias. Además tiene otras aplicaciones clínicas muy importantes, como son la evaluación del riesgo quirúrgico, la discapacidad y el pronóstico1. La información que proporcionan es objetiva, precisa, reproducible y fiable.

Son numerosas las pruebas funcionales respiratorias (PFR), y cada una tiene sus indicaciones. Las que podemos denominar como PFR básicas son la espirometría basal y curva flujo volumen, la prueba broncodilatadora y la gasometría arterial. Estas Pruebas se realizan en Nuestro Instituto con aparatos especializados al respecto.

Otras pruebas importantes en la práctica clínica son la prueba de transferencia de monóxido de carbono (DLco), la determinación de los volúmenes pulmonares, las pruebas de provocación bronquial, las pruebas de ejercicio y la determinación de las presiones musculares máximas. Estas últimas no se realizan en nuestro Instituto.

Determinaciones que se realizan en Nuestro Instituto:
  1. Espirometría y curva flujo volumen: La espirometría forzada incluye la medición del volumen espiratorio forzado en un segundo (FEV1) y la capacidad vital forzada (FVC), y es la prueba de función pulmonar más accesible y útil. Se necesitan 10 a 15 minutos, y prácticamente no conlleva riesgos. Nuestros espirómetros son capaces de recoger datos más de 30s, por lo tanto también se puede medir la capacidad vital lenta (SVC o VCin). La SVC aumenta la sensibilidad de la espirometría para detectar obstrucción. La correcta interpretación de la espirometría requiere su integración con los datos clínicos del paciente, pero en general podemos hablar de patrones funcionales respiratorios: obstructivo, restrictivo y mixto. La espirometría es muy útil para seguir la evolución y monitorizar los cambios funcionales con el tiempo.
  2. Prueba de reversibilidad (broncodilatadora): La prueba de reversibilidad, está indicada en todos los asmáticos en el momento del diagnóstico y, si siguen teniendo obstrucción, en las espirometrías de seguimiento. Se puede usar cualquier fármaco, pero por cuestiones de eficiencia casi siempre se usa un ?2-agonista inhalado de acción rápida (el más usado es el salbutamol a dosis de 400?g o 4«pufs» separados 30s y con una correcta maniobra de inhalación), ya que su efecto comienza 5min tras la inhalación y alcanza un máximo tras 20min.
  3. Pulsioximetría: es un método no invasivo, que permite determinar el porcentaje de saturación de oxígeno de la hemoglobina en sangre de un paciente con ayuda de métodos fotoeléctricos. Para realizar esta técnica, se coloca el pulsioxímetro, en una parte del cuerpo que sea relativamente translúcida y tenga un buen flujo sanguíneo, por ejemplo los dedos de la mano o del pie o el lóbulo de la oreja. está indicada en los pacientes que tienen una SatO2 baja por pulsioximetría realizar gasometría arterial. Sirve para confirmar la hipoventilación cuando se sospecha en base de la historia clínica (p.ej., enfermedad neuromuscular o EPOC avanzada). La GAB también sirve para confirmar la hipoxemia crónica y proporcionar una evaluación más detallada de su gravedad. Es una prueba dolorosa. Su uso no debe ser rutinario.
Rinomanometría:

Es un método rápido y no doloroso que permite comprobar la cantidad de aire que circula por la fosa nasal.

La rinomanometría es una prueba usada para medir la función de la nariz, estudiando los flujos y las resistencias que ofrecen las fosas nasales en las distintas fases de la respiración.

Existen distintos tipos de rinomanómetros y en función de la técnica utilizada la rinomanometría puede adquirir diferentes nombres. La más usada y estandarizada es la rinomanometría anterior activa.

El paciente permanece sentado frente al rinomanómetro, se le colocará una mascarilla facial y se le pedirá que respire con normalidad y de forma pausada. Durante el estudio suele ocluirse una fosa nasal y posteriormente la contraria para obtener la medida de flujos y resistencias de cada fosa de forma independiente y de ambas fosas de forma conjunta. El estudio suele durar 15-20 minutos y no se sufre ningún dolor por el paciente.

Determinaciones: Permite valorar si hay alteraciones del paso del aire a través de las fosas nasales, como por ejemplo por pólipos, inflamación de la mucosa nasal, hipertrofia de cornetes, desviación del tabique nasal, etc.

Al obtener valores cuantitativos, permite una medida objetiva del paso del aire por las fosas nasales.

El rinomanómetro conectado a un ordenador permite el estudio personalizado de cada paciente, con comparaciones de las distintas sesiones.

25 de Mayo 44
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